martes, 12 de abril de 2011

En tus días

Cómo explicar esa sensación, sentimiento, o humor que sientes o eres cuando está por llegar ese momento del mes, cuando te conviertes en la ejemplificación de los cambios hormonales y la embajadora de lo rojo en el planeta.

Ese momento del mes, cuando todo te irrita y no soportas a nada ni a nadie y menos a ti misma.

Cuando el calor y el frío se mezclan y se convierten en un coctel explosivo, que empieza en tu mente, pasa por tus viseras, para desembocar de forma roja y profunda en el punto más sensible de tu cuerpo.

Odias todo, simplemente sientes más arrechera de lo normal, de las injusticias, atrocidades, o simplemente de estas contradicciones que ves a diario, como el motorizado en la acera, el jefe burócrata e ineficiente, la pareja que quiere entenderte, pero que no puede porque ni tú te entiendes. Estos días al final de la jornada (o las jornadas según sea tú caso) quieres quedarte en off, no pensar, no sentir, no cuestionar ¡No estar!

Desde un perro sin comida, un indigente, un abuso de poder, una serie o película romántica y hasta la muerte de una hormiga, te dan ganas de llorar. Pareciera que las lagrimas están esperando en los ojos y la garganta el “En sus marcas, listos, fuera” para empezar a correr por tu cara y hacerte quedar como la loca, a la que todo el mundo le dice “Mija a ti como que te va venir” o el muy típico “Ay no, tú como que tienes la regla”, y lo que quieres responder es:

“SÍ, ME VA A VENIR LA REGLA, SÍ, ESTOY SENSIBLE, Y SÍ, NO SÉ QUÉ ME PASA”

Sabes que debes agradecerle a la vida por el hecho de ser mujer, por tener la dicha de algún día ser mamá, pero no puedes, en estos momentos no puedes (o no quieres) agradecer nada. Sólo quieres gritar, llorar y maldecir el día que la regla te vino por primera vez.

En realidad no sé si es tu caso, no sé si eres de las que dice que a ellas como si nada, no sé si exagero, lo único que sé, es que esos días antes de… Quiero salir corriendo y decirle al mundo que se pudra.